martes, diciembre 26, 2023

Tuve una ilusión

La vesti con terciopelo 

Le puse zapatos nuevos de charol 

La peiné con una trenza 

Para que no se notara su origen salvaje

Pero cuando la ilusión habló

Mostró sus dientes afilados 

Y como voz lanzó un aullido. 

Ahora corre entre los árboles 

Veloz y auténtica 

Cómo una certeza.


martes, septiembre 05, 2023

Me preguntó dónde guardaba mi sonrisa. 

La que por la noche había visto en mi cara. 

Le dije que no recordaba. Que a veces la olvidaba en algún lugar y que podían pasar días hasta que la volviera a encontrar. 

Que no era la primera vez que me pasaba. Que quizás debiera tener una de repuesto para esas ocasiones. 

Me dijo que no sería una sonrisa auténtica. Las copias nunca son buenas. 

Me preguntó si podía ayudarme a encontrarla. Tal vez la había perdido entre su ropa al despertarnos. O quizás fue en el baño, cuando nos besamos, un poco a las apuradas. Me preguntó si acaso no la llevaba él puesta. 

Su ocurrencia me causó gracia. Quise sonreírme pero no pude. 


lunes, noviembre 28, 2022

Chancho Melchor

La casa está manchada de sangre. 

Hace muchos años nacieron tres chanchos bautizados como los reyes magos.

A veces los vestían con ropas andrajosas. 

No puedo mirar. Tengo que trabajar en los quehaceres de la casa.

Los hermanastros se fueron. 

Nadie sabe nada. 

Cierro los ojos y recuerdo la blancura de Gaspar. 

A veces regresan en sueños. 

Me despiertan.  

Uno de sus hermanastros murió por una mordedura de serpiente. 

Sucedió un día antes de esto.

Melchor salió a dar un paseo. Era la mitad de la mañana cuando lo perdimos de vista. 

Los chanchos se alimentaban de migajas. 

Tengo que trabajar.

El mismo año hubo un tornado que nos levantó el techo por el aire. 

No teníamos para comer. 

A veces miro a las estrellas y los busco. 

No conozco esas canciones.

Una vez vino un lobo.

Pasaron varios días y noches en los que nada se sabía de Melchor. 

Hasta que golpearon a la puerta. Traían los zapatos. 

¿Puedo prender la tele? 

Me siento mejor así.

Al visitante le faltaba una mano. Traía un gancho en su lugar, dijo que lo había encontrado en una casa llena de galletas. 

Melchor tenía la piel llena de agujeros. Circulos perfectos que formaban un entramado. 

¿Entiende lo que le digo? 

Si, a veces el olor llega hasta acá. 

Prendemos eucaliptos. Los chicos nos vienen a visitar.

Acá vivían los reyes, dicen. Y se ríen.

Las manchas no son fáciles de sacar. 

La noche del tornado nos ha dejado mal parados. 

No sé quiénes viven ahí. 

Son nuevos.

Ya no hablamos más de algunas cosas. 

Tengo que limpiar. 

Los días de mucho calor bajábamos al lago. 

Los chanchos se refrescaban en el barro. 

Gaspar era blanco. 

La sangre no era blanca. Nunca la sangre es blanca. Porque a la sangre le gusta que la vean. 

En este espacio estaba el patio. 

Acá nacieron los tres. 

Fue hace mucho años, ya le dije.

Tres chanchos bautizados. 

Tres chanchos que se alimentaban de migajas. 

Suenan canciones que no conozco. 

Tengo que ir a hacer las compras. 

¿No le molesta si dejo abierto?.

Hoy es un día normal. 

Los chanchos. Cosas que no me acuerdo. 

El patio de mi casa. 

Las estrellas.

El jardín y el barro. 

La laguna donde está la luz. 

Melchor... Tu piel agujereada brilla en el espejo del agua. Todavía está caliente y llena de barro.

Los chanchos de la mancha. Los cerdos magos. La piel llena de galletas. Que todavía está en la casa. 

Hay que dormir, mis niños, les decía. 

Siento los pies sucios. 

¿No le molesta si me los voy a lavar? 

Fue hace tantos años. 

Por los agujeros puede verse el horizonte ¿sabe? Y hay árboles y casas. Hay Montes. 

No conozco algunas canciones. 

Hay cosas que no recuerdo. 

Melchor es un lindo nombre para un chancho. Chancho Melchor. 


domingo, noviembre 13, 2022

Todos los animales del mundo

 Todos los animales del mundo 


Yo qusiera tener una piernas largas y flacas como una jirafa. El pelo de una yegua. Las uñas largas y afiladas de una cacatúa. Me gustaría saber nadar como un delfín. Hacerme bolita como un tatú carreta las veces que me fuera necesario. Quisiera correr con la velocidad de una liebre y ser la más grande de todas las especies como la ballena franca austral. 


Algún día probaría ser lombriz u hormiga. Garrapata, nomás para molestar. De ser mono no sería Mandril, la razón está a la vista, tampoco Tití. Quizás chimpancé, nunca gorila. Me gustaría tenderme al sol como un león, dejaría vivir en paz a la gacela y a la cebra. Elefante sólo africano. el asiático tiene orejas muy cortas. Cucaracha, no. Tortuga... lo pensaría. Sí que quisiera ser águila o cóndor, también colibrí y gorrión. Paloma los domingos en la plaza. Pato o ganzo, no gracias. ¿Pez espada? Tal vez. Gato y perro ya fuí. Mosca de monte: interesante. Culebra sí. ¿Hormiga ya dije? Sólo por dignidad, al mismo nivel que las abejas. Me gustaría ser avestruz, guanaco o llama. Pavo real si tuviera alguna fiesta. De ninguna manera cebú, dromedario o camello. Mosquito un solo día, mariposa un instante, caracol si no hay apuro. También quisiera ser dinosaurio, uno grande, Rex podría ser, y mamut...¿por qué no?, ya que se puede. No me haría feliz ser mojarrita, tampoco rana, sapo, renacuajo.


Si no es mucha molestia probaría ser conejo, pero uno bien blanco, de esos que aparecen de repente de adentro de los sombreros. Araña de rincón me moriria del susto. Babosa: que asco. Langosta de ninguna manera. No me vuelvo loca por ser gacela, iguana o tucán. Tal vez tigre de bengala, eso si. Vaca que da leche: si. Cabra: tendría mucha clase. Oveja: negra. Esta misma noche me convertiría en lobo, para luego ser murciélago y asustar a los niños. Mañana me levantaría hámster, quizás coballo, y comería pedacitos de zanahoria seca. No quiero ser oso, ni polar, ni panda ni pardo. Más lindo ser estrella de mar, ostra, cangrejo. Pulpo o calamar no, me dan alergia. Igualmente soñaría con ser mapache de ruta o gato montés. 


Una vez fui rata y no me gustó. Tampoco disfruté de ser un agua viva. Quisiera ser zorro, sí. Pero un zorro rojo de esos que salen en los documentales. ¡Ah.... si pudiera ser un grillo! Cantaría toda la noche. Después me convertiría en bichito de luz, antes de que saliera el sol. Una gaviota volando sobre el mar, libre, blanca, bella, una gaviota parada sobre una ballena en el medio del océano Atlántico. Quizas unos días me quedaría así, antes de cambiar repentinamente a dragón, rinoceronte o beluga. 


Podría estar así toda mi vida. No me importaría ser ornitorinco, gallina o astracán. Burro o mula lo sería con orgullo. Oso hormiguero no porque me daria ganas de estornudar. ¿Merluza? ¿No es un filete? Creo que con eso estaría bien. Perro ya fui... Pero no de raza. No tendría problemas en ser un Rottweiler, o ese otro de mala fama, pero no me pidan ser chiuahua o pekinés; prefiero la soledad de la ameba. Si por algún motivo tengo que afrontarlo, podría tener la valentía de ser un toro, pero de tener que decidirme por uno, me inclinaria, probablemente, por un cuis.

sábado, noviembre 12, 2022

Durante el mundial

 Domingo 18 de diciembre

La final


Hoy hace 44 grados de sensación térmica en Buenos Aires. La ciudad está desierta. Todo el mundo se juntó a mirar el partido. Carlos preparó una picada y compró dos latas de cerveza. Rosa va se va a excusar con que le duele un poco la cabeza y que prefiere no tomar alcohol. Hoy todo es futbol. Después de que Argentina salga campeón, le va a decir a Carlos que está embarazada. 


Martes 13 de diciembre

Semifinal


Son las 12 del mediodía. Carlos viene bien en el prode del trabajo. 2 a 0 fue su apuesta para la semifinal. Si vuelve a acertar se lleva una botella de vino y acumula puntos para la final con el premio mayor: un LCD de 56 pulgadas.

Lolo está en la escuela. En el colegio los dejan ver los partidos en donde juega Argentina. Rosa va a retirar los resultados de los análisis que le mandó a hacer su ginecóloga. A la noche se van a sentar a comer y Carlos va a contar que lo ascendieron en el trabajo. Rosa va a decidir que no es momento de hablar. 


Viernes 9 de diciembre.

Cuartos de final 


Hoy es feriado. Se quedaron dormidos. El partido ya empezó y se perdieron un gol de Messi. Lolo salta sobre la cama y canta. 

Hace unos días que Rosa se siente mal. Carlos esta entretenido con los partidos y no se da cuenta. A la noche tienen un cumpleaños al que no pueden faltar. Lolo les trae galletitas a la cama, se acuesta en el medio y los abraza. Dice que es cábala. 


Sábado 3 de diciembre.

Octavos de final


Argentina ganó 3 a 1. Carlos se fue a jugar al tenis. Lolo juega a la play. Rosa chatea con unas amigas por wathsapp. Está angustiada. Hace tres días que tenía que venirle la menstruación y no le viene. Saca cuentas con los dedos y escribe que sí, que es posible que esté embarazada. Que no se cuidó. A la noche va a llorar encerrada en el baño. 


Miércoles 30 de noviembre

Fase de grupos

Argentina perdió. Todos están tristes. 


Sábado 26 de noviembre

Fase de grupos


Argentina juega con México. Rosa aprovecha para ir de compras. Lolo y Carlos miran el partido en el living.

-¿Dónde está mamá? 

-Salió. 

Después de las compras Rosa a va a caminar bajo los árboles, a respirar aire puro y pensar. Después va a llamar a Fernando, y le va a decir que no quiere volver a verlo. Que lo pasó muy bien, que ella también lo quiere. pero que no quiere lastimar a su marido. A la noche va a quedarse dormida en el sillón con un libro en la mano. Carlos no se va a dar cuenta.


Martes 22 de noviembre

Fase de grupos


Hoy el día esta soleado. Finalmente se instaló el verano en Buenos Aires, después de varios días de temperaturas bajas. Carlos está preparando el desayuno. Lolo pega figuritas en el álbum. En cinco minutos empieza el partido de Argentina contra Arabia Saudita. Caen los memes en el grupo de whatsapp de padres y madres. Las fotos de los desayunos listos, la tele prendida con la previa. Hoy nadie va a trabajar. Todos los chicos faltan a la escuela. 

Cuando termine el partido, Rosa y Fernando van a encontrarse a tomar un café. Fernando le va a decir que nunca se pudo olvidar de ella.


Viernes 18 de noviembre.

En dos días empieza el mundial


Carlos llega del trabajo y deja el maletín en el sillón. Le trajo cinco paquetes de figuritas a Lolo. Rosa pregunta cómo le fue. Después hacen la comida. Lolo va a contar que en la escuela van a poder ver los partidos del mundial. Carlos dice que el también los va a poder ver en el trabajo como todos los mundiales y que va a poder apostar en un prode con premios sorpresa. Rosa está mirando su teléfono. Tiene un mensaje de Fernando, su amor de la secundaria, diciéndole que está en Buenos Aires.

viernes, noviembre 11, 2022

El feo

 Su expresión era confusa. Una mezcla entre amenaza y timidez. De sus orejas salían pelos ondulados de longitud dispar, llegando algunos a los 10 centímetros. El tabique de la nariz comenzaba en mitad de la frente y coronaba su trayecto en una glándula que balconeaba sobre el labio superior. Si quería sonarse la nariz se veía comprometido a levantarse la punta con un dedo para poder introducir el pañuelo por debajo. Nunca usó bigote porque si se lo dejaba crecer no podía respirar. 


Su cabello era color negro azabache con algunas incipientes canas. Lacio y grasiento con un ligero olor a vinagre. Sus uñas albergaban todo el espectro cromático de la mugre. Con un poco de paciencia podía encontrarse allí restos de piel, tierra, alimentos diversos, tinta y grafito. No usaba tijera para recortarlas sino sus dientes que estaban alternados entre blancos, amarillos y grises, chicos y grandes, hacia adentro y hacia afuera en forma aleatoria. 


La quijada no era prominente sino más bien lo contrario. Desde abajo del labio inferior se proyectaba un plano inclinado de trayecto sinusoidal que desembocaba en el esternón. Sus brazos, colocados al costado del cuerpo en peso muerto alcanzaban la altura de las rodillas, las cuales tenían un diámetro de proporciones superiores al resto de la pierna. Quiero decir con ésto que venía la pierna, se presentaba la rodilla como una bola de mayor tamaño hacia todos los lados, y luego seguía la pierna. Así las dos. 


Los pies eran pequeños y con forma de empanada, como los de los bebés. 

En el medio de la panza tenía un ombligo herniado con una prominencia en forma de gancho de la cual colgaba un piercing de acero quirúrgico y a veces la bolsa de las compras. 

Su sonrisa era diabólica, si se me permite la subjetividad. Y el sonido de sus carcajadas se oían desde varias cuadras a la redonda. 


Poseía una cadera delgada, pero no eran así sus glúteos que estaban bien trabajados y propiciaban la mirada ajena masculina. De atrás, no era tan feo. 


En la parte de su torso contaba con tres tetillas, defecto de nacimiento. La tercer tetilla estaba ubicada debajo de las costillas del lado izquierdo y a veces supuraba un líquido blancuzco que se hizo revisar por un médico mastólogo y resultó benigno. 


La espalda estaba llena de lunares y protuberancias varias dispuestas en forma de vía láctea. Comenzaban en el hombro derecho y se desparramaban en grupo hacia la cintura en el lado contrario.


Sus ojos eran de color marrón oscuro con pintitas negras y presentaba coágulos sanguíneos y derrames varios en la parte blanca. 


Con respecto a su virilidad, comentan que estaba bien dotado pero que la forma de sus genitales estaba invertida teniendo los testículos apuntando hacia arriba lo cual le dificultaba el uso de pantalones ajustados porque la cremallera se los enganchaba frecuentemente provocándole dolor. 


En cuanto a su voz, la misma era ronca, con reiterada presencia de interrupciones en su habla para toser, salivar o necesidad de aclararla con prolongados mmmmmjjjjmmmrmmm.


Del lado de adentro también tenía particularidades que se podían apreciar desde el exterior. No hacía falta realizarle estudios médicos para observar que sus intestinos no funcionaban correctamente. Tampoco una audiometría para detectar sordera porque la misma era claramente provocada por el prominente vello.


Falleció a los ochenta y cuatros años. Al momento de tener que conseguirle cajón hubo que hacerlo a medida porque las rodillas nunca le habían dejado de crecer. Pero era un buen tipo, el feo.


miércoles, octubre 26, 2022

Migraña que me diste tanto

Tengo migraña y es como si estuvieran cavandome una fosa en el ojo derecho. Hace unas horas que no puedo levantarme de la cama. Siento la pala que se unde y excava. Una leve náusea me mantiene despierta. Las luces me provocan dolor. El sonido, si es agudo, arcadas. Intento unas palabras pero pensar en este estado es un acto de sadismo. Me entrego a la noche, en horizontal. 


Migraña a vos te escribo, que una vez por semana me haces frente, me tomasz me ganas. Quisiera poder extirparte, sacar tu pesada pata de encima de mi ojo, hundido en la fosa dónde construís con picos y palas. 


Los olores, migraña, que le haces a los olores que todos son putrefactos y me provocan ganas de vomitar. Pero si pudiera. Te arrojaría al agua y me liberaría de vos pero no. Sos mala. Sos siniestra, me agarras el cerebro y jugas con el, me metes adentro de un boliche lleno con luces de colores, dónde todos están borrachos, tanto como yo. Pero que hice mal migraña. Que porqueria te tenía adentro agazapada y no me di cuenta. 

Soy como el alcoholico arrepentido. Tengo una resaca falsa. Un castigo siendo inocente. 

Ya hace diez horas que estás acá conmigo. Conseguiste lo que quisiste. Dejarme tirada en la cama, sin poder ver a nadie. No pude trabajar, no pude dibujar. Que es esta piedad de dejarme escribir? Te gusta que hable de vos. 

Hoy casi me desmayo en el supermercado, pero a vos no te importa eso. Te gusta verme mal. 

Me voy a dormir y espero que mañana cuando despierte ya te hayas ido. Y que no aparezcas por lo menos por un buen tiempo. Te odio migraña. 


Seguís ahí. 

Ahora ya empiezo a pensar si no tendré algo malo. Sos como un pulpo que se me quedo pegado a la cara. 

Me miro y veo tu sombra. 

Mi cara no es mi cara. Es la cara de la migraña. 

Maldita condición. Venís como olas, me llevas de la mano a las profundidades del mar donde casi no puedo respirar. 

Estoy blanca. Un párpado se me cae y me cierra un ojo. 

Ayer mi estómago quiso avisarme. Recuerdo una sopa. Su liquidez todavía me recorre. Y presiento que es ella misma la que en forma de puñal intenta mantenerme enferma. 


Voy a vomitarte. Voy a la lanzarte al agua como se lanzan los desechos. Yo no te elegí. Por qué tengo que convivir con tu presencia? 


Me dejas escribir entre momentos de debilidad. Cuántas horas más hace falta que duerma, que me haga la muerta, que me desconecte del mundo, para que me dejes en paz de una vez por todas. 


Andate migraña. No te aguanto más. Me dolés. Si por lo menos hubiese disfrutado de aquello que te provocó. Pero no. Soy esa borracha que dice que nunca más beberá. Espero que te vayas mañana. Déjame descansar. 


Cuando me despierte voy a tirar esas sopas a la mierda. Y voy a tirar todas esas porquerías que tienen cosas raras como esa sopa. También los tomates. 


Ya no puedo leer más. Es demasiado el mareo. Me sube una especie de manta térmica por la garganta. Siento que se me cierra. Cómo si el aire fuera de peluche. 


Voy a salir un poco si me puedo levantar. O quizás no. Voy a apagar esta computadora y me voy a dar vuelta en la cama y voy a seguir luchando contra tu maldita patada en el ojo.

A soñar

En el libro El arte de soñar, de Pilar Cansado, encontramos los tres pilares, valga la redundancia, de todo buen dormir. 

En primer lugar Pilar nos habla acerca de la necesidad de un buen colchón. Acerca de este elemento, fundamental para todo aquel que se entregue al acto de dormir, la autora específica tres características escenciales que debe tener dicho elemento: porosidad, elasticidad, contencion. En cuanto a la contención se refiera a qué el colchón debe oponer una cierta resistencia al peso del cuerpo que lo ocupa, evitando el efecto desplome o hundimiento que si puede ofrecer por ejemplo, un sillón, que es un elemento que vamos a usar para un tiempo considerablemente más corto que el colchón. La porosidad es para que el cuerpo pueda respirar a través de sus fibras y la elasticidad es justamente lo que diferencia a un colchón de una superficie dura como podría ser el piso. 

Un vez tenemos este elemento, que puede venir acompañado de una cama o sommier, o no, ya que el colchón también puede apoyarse en el suelo y su función no se vería alterada, es preciso tener una almohada. La almohada aporta al durmiente una comodidad extra que va a ayudar a conciliar el sueño, ya sea por su comodidad como por su utilidad en el caso que el durmiente desee leer antes de dormir y necesite para ello tener la cabeza levantada. Lo mismo ocurre si quiere ver una película o programa televisivo. 

Tercer item fundamental para el buen dormir es poseer un pijama. El mismo no debe ser muy ajustado ni muy holgado, ya que el exceso de tela pueda generar incomodidad tanto o más que su falta al querer girar el cuerpo mientras se está dumiendo. 

Sábanas y colchas de más está decirlo, son necesarias para un buen descanso. 

Para el hecho de si tener una compañía o no, interfiere en el sueño, este es un tema de discusión que contempla muchas aristas diferentes. Dejamos este tema para otro analisis. 

En lo que concierne a soñar propiamente dicho, el durmiente debe poseer alguna inquietud, haber vivido algún acontecimiento importante o confuso durante el día o haber ingerido alguna comida sustanciosa, lo cual dará lugar a qué se produzca el sueño propiamente dicho. También es posible que el durmiente que se despierta para apagar el despertador y seguir durmiendo, recuerde las imágenes de su sueño con mayor detalle que quien sueña en sueño profundo. 

Luego Pilar profundiza en otras cuestiones acerca de que es verdaderamente soñar, las diferencias entre soñar despierto y soñar dormido. Clasifica los sueños entre pesadillas, sueños incongruentes, sueños eróticos, sueños repetitivos, etc. 

Es un libro muy interesante para toda persona que tenga alguna inquietud acerca de este tema del cual ya se ha ocupado Freud, colchones Simmons y Berugo Carambula. 

No es la primera vez que Pilar Cansado sorprende a sus lectores con un ensayo, luego de sus dos novelas que se hubieran convertido en Best seller, ya en sus comienzos en el mundo editorial nos ha deleitado con el tan conocido libro El Camino de la mesa, un libro muy interesante no solo por lo que representa el camino de la mesa metafóricamente hablando si no también por lo que allí se expresaba en cuanto a lo que significa ser una mesa y demás cuestiones. 

En fin, queremos felicitar a Pilar por este nuevo lanzamiento y allí vamos, a soñar, que se hizo tarde ya.

A medias

 Si, la verdad es que ya no se dónde meterlas. ¡Y mirá que doné eh! Hace unos meses me puse a hacer títeres. Me puse un puesto en el parque centenario, si. Pero ¿cuántos títeres podés vender Norma? Decime… a ver: cuatro, cinco títeres en un fin de semana, con toda la furia, a quinientos pesos cada uno, porque más de eso ¿quién te los compra? Es un títere pero no deja de ser una media al fin, la gente se da cuenta, no es boluda. Lo que pasa es que dejó de hacer frio, y no hay manera, anda todo el mundo en ojotas, que se van a andar poniendo medias… y tienen razón, no me quejo eh! Yo mismo no uso. No me quejo... pero bueno es una realidad que me pasa esto… lo que te decía antes, no se si te dije, que ahora me tengo que mudar y no se donde voy a meter los ciento cuarenta mil pares de medias que tengo. Porque si me decís que en el hemisferio norte las pueden usar, que se yo, veo la manera de exportar, algún contacto, viajo, que se yo, pero no, porque el problema es global Norma, es Global…. Si, la verdad que la pifiamos…. No, guantes probamos pero son incómodos, sí. Quedan muy ajustados, además la gente no se pone guantes con rayas de colores… no es lo mismo que algo que te pones en los pies que de ultima tenés el pantalón arriba que te tapa. Ponele que se puede llegar a ver un poco cuando te sentás, pero entra dentro de la lógica del producto, ¿entendés? Además si tienen calor en los pies, imagínate en las manos… ja ja!, es como que es un poco lo mismo ¿no?. Y si, uno se ríe porque si no, llora, es así.  

Si si, claro que están protegidas de las polillas. Están embaladas, cada par con su bolsita en cajas selladas. No... si de eso nos ocupamos porque ojo que fue una inversión importante que hicimos eh! A vos te parece que no, que hacer medias es como soplar botellas, pero tiene su yeite. Pero bueno, a veces uno apuesta a todo y se queda a medias. Ja ja, justo… 

Aham, si, puede ser, ¿coserlas decis?, y pero es lo mismo que los tíretes… ¿cuántos gusanitos podes vender? ¿Hacer pelotas? Esa no se me había ocurrido, no está mal…. ¡que buenas eran las pelotas de trapo! Las mejores, si. Pero hay que ver ¿no? ahora con la tecnología nueva que hay en pelotas… ¿quién las va a comprar? ¿Pullover para palo de hockey? Lo pensé si, pero no calzan, no. ¿Filtro de café? Puede ser si, no es mala idea, lo anoto, gracias. 

Bueno, si pasate cuando quieras, antes de mudarme, y te elegís un par, bah  dos pares ja ja, cuatro, siempre pasa eso con las medias ¿viste? Si, te las llevás de recuerdo, claro que si. 

Ojo yo no sé que va a pasar ¿eh?, capaz ahora con esto del cambio climático quien te dice empieza a hacer frio de nuevo, nunca se sabe, nunca se sabe... Todo es aprendizaje Norma, todo. ¿Y vos como andás con los globos de helio? Ah… ¿no me digas? ¿Así que no se pueden vender mas? Y si, es un tema, el cambio climático es global, si, globo, global, entiendo. Bue, otro pifie, y decime… ¿te quedaste con muchos? Ah! pucha Norma… estás peor que yo al final. Bueno, la ventaja es que no los tenés inflados, hay que ver lo positi… ah, no me digas, uh, no te puedo creer… bue… uf… entiendo, claro, y si, globo que se te revienta es guita que va a parar al aire, claro, si, ja, no lo pensé, justo… Bueno Normi, que se yo, mal de muchos, consuelo de pocos ¿no? ¿Así era? Bueno, si, si, Normi, yo también te dejo porque tengo que seguir pensando a ver que se me ocurre, claro vos también, esperemos que no se nos pinche! Ja ja , justo, este si lo pensé. Bueno te dejo. Un beso Normi,  gracias, otro para vos. Beso, beso, chau.

Una casa

En la calle Carbajal esquina Freire, del barrio de Belgrano, hay un Palacete abandonado. En esa esquina está la entrada principal pero el edificio ocupa gran parte de la manzana. Desde Av los incas se ve su fachada posterior y el pasto que lo rodea. 

Del costado que da a la medianera, linda con una cancha de tenis del club Belgrano. 

El pasto está crecido y alberga decenas de dientes de león . Las persianas son postigos bajos y oxidados. Un Ford falcon estacionado en la puerta, del otro lado del portón de rejas cerrado con candado. 

Me preguntó quién vive en esa casa. 

En internet encontré un artículo con una foto de 1979. La fachada es la misma. Dos pinos enmarcan la entrada. Los mismos que ví está mañana. 

Un comentario de la nota dice que en ese lugar existió un casino clandestino. Otro se sorprende de que aún siga en pie con el auge inmobiliario de la gobernación de Larreta. Alguien dice que le dijeron que ese edificio perteneció al famoso Di Tella. 

Llegando a los Incas hay un puesto de flores que también se ve en la foto de hace 42 años. También está cerrado.

Le saqué una foto a la entrada de la casa y la subí a Instagram. 

Al instante alguien me cuenta que a veces pasa por ahí y que el pasto está cortado. 

Otra me comenta que antes tenían otro auto del lado de los incas. Un auto con el techo curvo. 

Pienso que con los datos de la patente puedo llegar al nombre del dueño pero tengo que pagar casi tres mil pesos para obtener el informe de dominio. La incertidumbre es más económica. 

Imagino que hace cuarenta años quizá yo haya pasado por esa esquina. Que Belgrano no era tan diferente a como es ahora. Y que esa casa resiste al paso del tiempo, pero yo no. 

Mi cuerpo es como un Palacete con las persianas cerradas desde hace unos meses, cuando la apatía se quedó a vivir en mi. Mis piernas como columnas que soportan el peso de un cuerpo que a diferencia de las paredes de una casa vieja, va ganando rigidez. Mi pelo como pasto crecido naturalmente. Nudos como dientes de león. 

Nadie sabe tampoco que es lo que pasa adentro mio. Del otro lado de esas paredes de piel que me alejan de todo lo demás. 

La puerta de entrada cerrada con candado. Un automovil que no va a ninguna parte. Así soy yo. 

Pienso que hace cuarenta años pude haber pasado por ahí. Y quizás pueda volver dentro de otro cuarenta. Estoy justo parada en la mitad de la vida. 

También pienso que se puede empatizar con una construccion. Sobre todo cuando la habita el vacío, en mi caso. 

El espacio donde yo vivo está en las antipodas de esa imagen. Vivir en uno mismo ya es una gran hazaña como para convertirse en una mamushka. 

Yo quisiera abrazar a esa mansión, más que habitarla. Prenderle las luces y abrirle las ventanas. Tenderle alfombras de colores en los pisos calcáreos. Llenarla de libros y jazmines. Sembrar naranjos en la entrada, pintarle un mural. 

Me gustaría poder cambiarla, despojarla de su disfraz de tristeza y pesadez  

Entonces podría salir a caminar por el barrio, una mañana como hoy, tomar esa calle al azar, y pasar por al lado, sin siquiera notarla.

Tocxto

Soy muy detallista. Soy absolutamente intolerante con el desorden, y sobre todas las cosas con los objetos faltos de geometria. La falta de armonia me espanta. Un cenicero cuyas diagonales no mantengan una relacion que pueda comprobarse con alguna regla matematica, me atormenta. La deformidad de las ceramicas hechas sin torno, la monstruosidad de los animales de telgopor y tempera, la amenazante cartapesta del pajaro que cuelga en la habitacion de al lado. el siniestro espejo con su marco descascarado, las manchas de humedad en la pared, formas tormentosas, aturdidas, sordidas. Si despierto en la mitad de la noche y me encuentro con mi sombra, ella adquiere la anatomia de un tiburon, el inefable contorno de un dragón, la espantosa forma de un toro mecanico. No resisto el espectaculo y cierro los ojos, pero en la oscuridad millones de pequeños puntos, ínfimos, apenas perceptibles, se acomodan en una forma aleatoria, sin ningun tipo de orden que pueda descifrarse y huyo de mi, para ahogarme en mi tormento.

Soy alérgica a los tréboles, cuento los petalos de las margaritas, las calas me dan pavor. Tengo un metodo para el doblado de los pantalones de forma que conformen un cuadrado perfecto. Lamparitas de luz! miedo, las sartenes: sin asa, el asado si es de tira, debe conformar un circulo perfecto al verse arrojado en la parilla, caso contrario no puedo comerlo. 

Estoy contando los caracteres de lo que escribo ya que de finalizar en numero impar podría sentirme amenazada.

Elijo el tren al autobus, el cohete al avion, la calesita, a la hamaca. Me miro en el espejo, un lado de mi cara crece con mayor voluntad que el otro, empiezo a desesperar, intento cambiar de lado en la cama por turnos de dos horas, ordenados por medio de alarmas, pero no es suficiente. 

Reviso los paquetes de pan lactal que compro en el supermercado. Ya no vienen de a pares los panes, esto no lo nota nadie, pero conté un pan y venian 19 rodajas. Ni siquiera un multiplo de 3, un espanto. 



jueves, octubre 13, 2022

Tres lugares

Siempre que camino delante de un kiosco me imagino que ocurriría si alguien manoteara un montón de golosinas y saliera corriendo. El vendedor saltaría por arriba del mostrador? Llegaría a atrapar al ladrón? 

A veces paso por una esquina en dónde vivía un novio que tuve hace muchos años. Cada vez que la veo miro la ventana del primer piso donde estaba su dormitorio. Se que ya no vive más ahí, pero es como si estuviera, incluso yo, es como si estuviera ahí con él todavía. 

Cuando me fui a vivir sola vivía en Bartolomé Mitre y Bulnes. Cuando voy por ahí, si estoy con alguien, digo, acá vivía yo cuando ... Cada vez que paso por la puerta lo digo. Todos hacemos eso. 

martes, octubre 04, 2022

Su Shi

En la pescadería del barrio venden sushi.

Lo tienen en la vidriera. Ese sushi que viene en un tubo. Que también venden en el barrio chino. 

Hace poco comí. 

Pero no me gusta del todo. Es como un placer amenazante, al límite del asco. 

Depende mucho de la proporción de arroz. 

Lo mismo me pasa con los sandwiches de miga. Están al borde. 

Pero me da ganas de comprarlo. 

Tengo una relación de amor odio con un sushi de vidriera. 




jueves, julio 21, 2022

Mamá

Con mi hermana competíamos a ver a quién de las dos le duraba más el postrecito. Me acuerdo de raspar con la cuchara del lado del pote que apuntaba hacia mí para que mi hermana pensara que ya lo estaba por terminar. Entonces cuando ella lo acababa yo daba vuelta el potecito y ahí tenía más, y ella me miraba con cara de bronca. 

Una vez, un poco antes del postre, cuando estábamos comiendo el puré, mamá nos contó que el abuelo se había puesto de costado en la cama y se había dormido para siempre. Que ya no sufría más, nos dijo. Nos quedamos calladas con mi hermana. Mamá dijo que estaba bien si queríamos llorar.

Cuando a mi mamá se le caía algo decía Merd. Una vez le preguntaron a mi hermana si sabía que quería decir Merd y ella dijo que Merd quería decir "cuando se te cae algo."

Me acordé de eso. 

Cuando alguien que está enfermo se pone de lado pienso que quizás se va a morir. 

Cuando crecimos y nos pusimos más compinches mamá nos contó que la abuela era muy jodida con ella. Que suerte nosotras de poder contarle todo. Que una vez tuvieron una discusión y que estuvieron mucho tiempo sin hablarse y que entonces un día la abuela se cansó y le dijo 'allez, vide ton sac', que quiere decir algo así como 'largá el rollo" pero ella lo entendió literal y entonces fue a buscar la cartera, la dió vuelta y la vació sobre la mesa y que la abuela se tentó y entonces se le pasó el enojo. 

Mamá tampoco se ríe mucho. Quisiera que se dejara reir mas. 


domingo, junio 26, 2022

Hoy

No me vengas de entrada con tu alegría. No me muestres esos dientes. 

Péinate un poco. Me recordas a otro. Y sácate esos bigotes demodé.

El blanco es un color que me asusta. 

Contame uno a uno los infortunios de tu vida. Tocame el brazo sin querer, mientras derramás el vaso de vino con torpeza. 

Quizás así me den ganas de quedarme. 

A no ser que tu sonrisa sea como un río imparable que me arrastre hasta la muerte. 







jueves, junio 23, 2022

Me quedé con tu Sube que tiene pintitas de colores

Le fui cargando saldo con amor 

No como a la otra que no se en donde la dejé 

(Ni sé si tenía saldo)

Pero ayer noté que se le despegó el plastificado en una punta.

Y ahora no se que va a pasar.

Porque cuando eso se levanta un poquito es inevitable que se termine saliendo todo.

Y me va a quedar de recuerdo un pedazo de plástico que ya no me va a llevar a ninguna parte. 

Es inevitable el amor. Quizás tanto como el olvido. 









jueves, junio 02, 2022

"Los noto desangelados", me dijo. 

Y yo no entendí. O en verdad si entendí el concepto, pero no empaticé. No me sentí identificada. 

Pero ahora que pasaron unos meses creo que tenía razón. 

Estábamos todos desangelados. 

Estamos desangelados. 

Somos siempre los mismos. Que nos vamos pasando de unos a otros, a otras. 

Leo los textos de alguien y me leo a mi. 

En una época nos escribíamos a través de los blogs. 

Ahora es solo un cuaderno de notas. Un poco menos egocéntrico que Twitter. 

Desangelada, si. Tenías razón. 

Pero ya no recuerdo tu nombre. 




martes, mayo 24, 2022

Previa

Levis rompe la tela debajo del sommier. 
Mientras escribo. 
Quiere comer croquetas. 
Pero hoy vomitó cinco veces. 
Le di arroz y me miró con cara de desconcierto. 

Hernán se enamoró de otra persona. 

Cambiaron la manija de bronce de la puerta. 
Llevé un pedazo de cuero a un zapatero para que me haga una cartera.

Mañana es feriado. 

Tengo una molestia en la nariz. 
Espero que no se me salga una vena para afuera. Es uno de mis mayores temores. 
F tenía una vena que le atravesaba el cachete. 

Levis está golpeando la puerta del Placard.
Tengo tos. 

Me compré un libro de Saer. Una antología. Tiene Sombra sobre vidrio esmerilado. 
Así veo sin anteojos. Cómo a través de un vidrio esmerilado.

No sé para que hice tanto arroz 

También me compré unos aritos. 
Dorados con negro. Art decó.
Son lindos. 

Levis se acuesta. 
Creo que un poco entiende. 





sábado, febrero 19, 2022

 Yo tenía uno de esos muebles de caña y vidrio. 

Lo tenía encerrado en mi cuarto. Solo podía salir los martes. 

En la punta tenía un arco. Estaba repleto de libros y adornos. 

También tuve un puff. 

Ese salía los jueves. 

Una vez se me escaparon. 

Llamé a la policía pero me dijeron que los muebles de caña no eran personas, tampoco los puffs. 

Que no los molestará más. 

Una vecina me llamo a las tres de la mañana. 

Tengo a tu biblioteca tomando agua en el patio, me dijo. 

Le pregunté si no querría quedársela. 

Me dijo que podría ser. Tenía un espacio libre en el pasillo. 

El puff nunca apareció. 

Bueno una vez sí, llamó por teléfono y dijo que estaba bien. 

Me quedé tranquila. 

Ayer, caminando por la calle encontré una cajita de madera pintada. 

Pensé en el mueble de caña. Se extraña a veces. 

Pero se que está mejor sin mi. 




miércoles, enero 26, 2022

Vi a una mujer robarse un ramo de flores de una tumba. 

Vi como lo tomaba y sacudía el exceso de agua en el florero. 

Después lo colocó en su bolso y siguió caminando. 

Como si nada. 

No pude acercarme. 

Solo pude sentir culpa por haberte dejado ahí. 



Tuve una ilusión La vesti con terciopelo  Le puse zapatos nuevos de charol  La peiné con una trenza  Para que no se notara su origen salvaje...