martes, enero 31, 2006

La sala de ensayo

Manuel Braga comenzó a asistir a los ensayos con frecuencia. Si bien no se presentaba a todos los encuentros, al menos dos veces por mes sabíamos que contábamos con su presencia.

En esa época ensayabamos dos veces por semana. El lugar lo había conseguido Philsen, el escenógrafo. Era un departamento de un ambiente y medio que estaba ubicado en la calle Paraguay, casi esquina Montevideo. Su dueña se había ido a vivir a España y se lo había dejado a Phil para que intente alquilarlo a extranjeros. Ese era el motivo por el que sólo ensayábamos los lunes y jueves; el resto de los días un agente inmobiliario mostraba el departamento.

Nos gustaba el lugar. El hecho de que tuviera pocos muebles permitió que construyeramos una especie de escenario en la parte del medio ambiente. Sobre la otra mitad del departamento, teníamos una cama de una plaza y media y una mesita ratona. Tenía un gran ventanal que daba a la calle Paraguay, frente al cual había un sillón de un solo cuerpo que usamos muchas veces como escenografía.

Me podía pasar horas mirando por la ventana, sobretodo en invierno, cuando cerca de las siete de la tarde comenzaba a oscurecer y entonces se encendía el cartel del hotel de enfrente. Apagabamos las luces y nos dejabamos iluminar por el reflejo rojizo del cartel. Stern se servía un trago y yo jugaba a ser Nastassja Kinski.

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