- Muy bien- dijo Stern. Ahora que ya conocemos a Manuel Braga, podremos aprovechar para presentarnos todos.
- ¿Que le parece, Vísel? Piensa Usted que esto podría resultarle interesante?
- No lo sé - le contesté, mientras pensaba en por qué extraña razón, Stern había dejado de tutearme.
¿Sería tal vez a causa de aquellas miradas que nos habíamos cruzado durante el ensayo anterior? ¿Yo había hablado con alguien acerca de eso? Me quede pensando en silencio.
Los olvidos comenzaban a presentarseme cada vez con mayor frecuencia. Me costaba distinguir entre mis pensamientos y mis palabras. No encontraba la manera de saber si es que había pronunciado un pensamiento, o si éste aún flotaba en mi mente como una certeza latente, pero todavía íntima.
Aún así, sin estar segura de que ese momento perteneciera a la realidad o al sueño, si eran tan sólo palabras de algún otro, o nada mas que mi vida... mire a Stern a los ojos.
Allí estaba, parado en el centro del escenario, junto a Braga. Terriblemente lejos de mi existencia y sin embargo, mirándome.
- Me parece correcto, Director. Si usted lo quiere, yo seré la próxima.
- Me gustaría escucharla, Vísel. - dijo Braga.
Entonces fue que me dirigí al centro del escenario, y bajo la suave luz que iluminaba la sala, me desvanecí en silencio.
lunes, enero 30, 2006
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