jueves, febrero 16, 2006

Desayuno con Hemingway



25 de Mayo.
20 hs.

Reencuentro con Stern caminando por la calle.
Vamos a su casa.
Charlamos hasta la madrugada.
Me cuenta acerca de sus ganas de hacer algo juntos.
Yo también estoy con ganas.
Decidimos que ese lugar sería la nueva sala de ensayo.

Día siguiente.
13:20 hs.

Stern prepara el desayuno.
Era la una y media del mediodía.

Teníamos la cabeza quemada. Y reíamos por eso.

Se nos habían ocurrido muchas ideas para una nueva obra.
Esta vez escrita por nosotros. Lejos de Manuel Braga.

Yo tomaba mi té. Stern leía a Hemingway.
Estábamos contentos.

Entonces, entre galletita y galletita, Stern me lee:

"Imagina lo que representa querer ser escritor y sentir la vocación en todas las fibras del cuerpo, y, sin embargo, fracasar siempre."

Dejo mi té sobre la mesa. Leo el nombre del libro:

"París era una fiesta."

(París nada más).

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