domingo, marzo 07, 2010

Libros

Hay libros que son muy vanidosos... y si por si acaso se caen al piso, sienten mucha vergüenza. Así es que para disimular, mientras van cayendo balancean su peso, de modo de que al tocar el suelo quedan abiertos en su página más interesante. De esta manera, cuando alguien se agacha a recogerlos lee lo que està escrito, y siente más respeto por esos torpes libros.

3 comentarios:

roberto M. dijo...

Muy bueno esto, me encantó!

Vísel dijo...

Me alegro!!

A.S dijo...

sí, según el día abren en diferentes páginas, salvo que conozcan tanto a su dueño que lo hagan en su pasaje favorito del libro, algo que no deja de ser un mimo, pero que tiene poca utilidad.

Tuve una ilusión La vesti con terciopelo  Le puse zapatos nuevos de charol  La peiné con una trenza  Para que no se notara su origen salvaje...