sábado, agosto 25, 2007

Lecturas

El escritor se organiza en su texto como lo hace en su propia casa. Igual que con sus papeles, libros, lápices, carpetas, que lleva de un cuarto a otro produciendo cierto desorden, de ese mismo modo se conduce en sus pensamientos. Para él vienen a ser como muebles en los que se acomoda, a gusto o a disgusto. Los acaricia con delicadeza, se sirve de ellos, los revuelve, los cambia de sitio, los deshace. Quien ya no tiene ninguna patria, halla en el escribir su lugar de residencia. Y en él, inevitablemente produce, como en su tiempo la familia, deshecho y amontonamientos. Pero ya no dispone de desván y le es sobremanera difícil desprenderse de la escoria. De modo que al tener que estar quitándosela de adelante corre el riesgo de acabar llenando sus páginas de ella.


Fragmento de Minima Moralia - T. Adorno

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a llamar a la muchacha de la limpieza para que le dé una mano.

A do outro lado da xanela dijo...

Hola!

Soy nueva en esto de los blogs, y yendo de uno a otro, buscando inspiración para el mío, he llegado hasta aquí (no sé ni cómo ni porqué). He echado un vistazo, y sólo quería saludarte y felicitarte por el blog.

No es un comentario muy coherente, pero llevo demasiadas horas despierta, jajaja.

Saludos!!!

A do outro lado da xanela dijo...

Gracias! Lo mismo haré.

Un saludo

Tuve una ilusión La vesti con terciopelo  Le puse zapatos nuevos de charol  La peiné con una trenza  Para que no se notara su origen salvaje...