viernes, enero 24, 2014

Lecturas

"Lo mejor para la tristeza, contestó Merlín, empezando a soplar y resoplar, es aprender algo. Es lo único que no falla nunca. Puedes envejecer y sentir toda tu anatomía temblorosa; puedes permanecer durante horas por la noche escuchando el desorden de tus venas; puedes echar de menos a tu único amor; ver el mundo a tu alrededor devastado por locos perversos, incluso saber que tu honor es pisoteado por inteligencias inferiores. Entonces, sólo hay una cosa posible: aprender. Aprender por qué se mueve el mundo y lo que hace que se mueva, por qué giran los planetas. Por qué sonríe un niño. Es lo único que la inteligencia no puede agotar ni alienar, que nunca le inspirará miedo ni desconfianza y que nunca soñará con lamentar. De la que nunca se arrepentirá. Aprender es lo que te conviene. Mira siempre la cantidad de cosas que puedes aprender: la ciencia pura, por ejemplo, la única pureza que existe en las cosas. Entonces puedes aprender astronomía en el espacio de una vida, historia natural en tres, literatura en seis. Y después de haber agotado un millón de vidas en biología y medicina, geografía e historia, economía y pensamiento humano, puedes empezar a hacer una rueda de carreta con la madera apropiada o pasar cincuenta años aprendiendo a empezar a vencer a tu contrincante en esgrima. Después de eso, puedes empezar otra vez con las matemáticas hasta que sea tiempo de aprender a arar la tierra o tocar un instrumento." T.H.White

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Tuve una ilusión La vesti con terciopelo  Le puse zapatos nuevos de charol  La peiné con una trenza  Para que no se notara su origen salvaje...