"Los noto desangelados", me dijo.
Y yo no entendí. O en verdad si entendí el concepto, pero no empaticé. No me sentí identificada.
Pero ahora que pasaron unos meses creo que tenía razón.
Estábamos todos desangelados.
Estamos desangelados.
Somos siempre los mismos. Que nos vamos pasando de unos a otros, a otras.
Leo los textos de alguien y me leo a mi.
En una época nos escribíamos a través de los blogs.
Ahora es solo un cuaderno de notas. Un poco menos egocéntrico que Twitter.
Desangelada, si. Tenías razón.
Pero ya no recuerdo tu nombre.
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