miércoles, enero 08, 2014

M. y Vísel. Los recuerdos.



M. no recuerda exactamente el momento en que se alejó de Stern, tampoco por qué decidió tomar distancia. Vísel si se acuerda, con detalle. Es que Vísel se acuerda de todo. M. es más etérea, no presta demasiada atención a las cosas. Vísel no puede leer dos páginas seguidas de un libro sin que una frase o palabra la transporte a otro sitio ya vivido, algún recuerdo. Cuando conversa con alguien M. se desconecta por momentos y se pierde, para luego volver como si nada. Es que tanto M. como Vísel tienen demasiado mundo dentro, mucha cosa.

Pudo ser posible que M. y Vísel se hicieran amigas alguna vez. De hecho un breve intercambio epistolar las unió en determinado momento en que fue necesario, pero la relación no prosperó. Demasiadas cosas en común y además, aman al mismo hombre, o amaban. Claro que ya ha pasado mucho tiempo. Y ahora M. está en otra situación. M. es madre ahora y eso la ha modificado bastante en varios aspectos. Uno de ellos es el tiempo que M. dispone para escribir, entonces cuando puede hacerlo, se abalanza sobre el teclado de su notebook con ansiedad. Muchas veces intentó escribir sobre su experiencia con la maternidad o sobre el crecimiento de su hijo, pero su temor a desnudarse en palabras se lo impidió.

Vísel leyó una vez cuando era adolescente que las fotografías robaban el alma de las personas. Y algo parecido a esto es lo que le sucede a M. pero con las palabras. Como si el hecho de anular los registros anulara su pasado, como si no existiera la memoria que todo lo puede. Es que es Vísel la que se acuerda de todo, pero para M. es más fácil, M. olvida con mayor facilidad, para protegerse.

Añorar los años de la infancia con tristeza no es normal. Y a tal punto de querer ignorarlos, borrarlos de la memoria para que no nos atormenten…. ¿Como es posible que el recuerdo de un momento feliz nos atormente? Es algo extraño.


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Tuve una ilusión La vesti con terciopelo  Le puse zapatos nuevos de charol  La peiné con una trenza  Para que no se notara su origen salvaje...